Todos estos fueron bienvenidos

jueves, 5 de mayo de 2011

Dia normal en la ciudad, amanecer agitado, almuerzo fugaz, transito tedioso mientras iba a visitar a mi mejor amiga (mi psicoanalista) y luego si .. dos horas de buen vivir en casa, rodeado de afectos, amores y un plato de comida preparada con amor.
Pero el dia no fue tan normal en realidad, al bajar del subte y sentir, al menos por un rato, la libertad de tomar una bocanada de aire fresco sin correr el riesgo de contagiarme alguna enfermedad, contagiar, ser chocado por alguien, atropellado por otro o fotografiado por alguna cámara de seguridad.. me fui de tema, respondi a esa libertad como hacen todos, la evadí, seguí caminando y al mirar en la entrada de un negocio abandonado la vi. Juro por quien quieran que es ella, es la misma que hace veinte años vi en una plaza de mi pueblo, juro que era como que la señora que cambió mi vida se hubiese congelado en el tiempo y flotado en el aire  La Loca Del Treinta, no me acuerdo por que tenía ese apodo, solo me acuerdo que le tenia pánico, el solo verla siempre sucia, poco cuidada estética y su alimentación siempre a base de carbohidratos.
Es increíble pensar que me estuviera hablando la  persona a la cual temí toda mi infancia,  que la misma persona que me paralizaba ahora sea la misma que  me ilumina en la adultez en , en ese entonces hubiese corrido asustado a los brazos de mamá y ahora lo vivo con incertidumbre, esa incertidumbre incomparable, ese sentimiento que  que llega después del horror me dijo la mas resumida verdad “ seguramente siempre oíste hablar de mí como una bruja, por eso me temes; pero ahora me tenés a cinco centímetros y no podes huir pero no te maté. ¿Entonces que pasa Martín? No huís por que no soy tan peligroso como me pintaron o es que te doy mas miedo del que estabas esperando y ni las piernas te responden? ¿Qué pasa? ¿El hecho de tener las ideas ya formadas te paralizan? Dale Tincho, pensa y responde. Pero pensa, no evoques conocimientos previos, pensa vos y responde.

No, no fue un dia normal, mis terrores me aquejaron. La muerte me acechaba dubitativa a la vuelta de la esquina. Le hice frente y ahora sé que lo que me paralizaba no era la muerte, sino la duda me hace hoy vivir eligiendo y no sobrevivir padeciendo.

“Loca de mierda” pensé y encaré al consultorio sin saber que me esperaba tras la puerta.

1 comentario:

Te invito a opinar, pero solo si estas seguro que tenes algo para decir.