Hace casi un año ya desde que sin aviso te tocó desmaterializaste, el tiempo pasó implacable disimulando el dolor refugiándome en la oscura guarida de la indiferencia blindándome los sentimientos y cegando el corazón.
Te agradezco que hayas reaparecido sin pedirme autorización revolviéndome las entrañas me recordaste que una vez exististe, que parte de mi sangre estuvo compartida con la personificación de amor a la vida, uno de esos pocos que se atreven a pensar que vivir es un regalo precioso y poco valorado. Son muchos los que dicen que las limitaciones son construcciones mentales, pero de esos la mayoría se sentiría preso al tener la mitad de obstáculos que se te cruzaron en tu vida, así y todo gozabas simplemente con saber que tu corazón latía. Con la sonrisa incrustada en tu rostro predicabas lo maravilloso de vivir, lo genial de sentir. Todos los que te conocimos lloramos tu partida pero agradecemos el que alguna vez hayas existido.
Con tu existencia iluminaste a muchos. Te recordamos, y al hacerlo sonreímos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invito a opinar, pero solo si estas seguro que tenes algo para decir.